
sinopsis
Ser joven y vivir en un barrio bajo.
Menea para mí habla de lo que provoca la falta de amor. Es la historia de Maxi, un pibe de un barrio bajo que nació un Enero mirando al cielo. Ese pibe que se puede multiplicar por miles de juventudes, allá, donde el resto de la sociedad, la mayoría de las veces, da la espalda. Una esquina de barrio donde conviven Maxi y Paola, jóvenes enamorados, y su entorno inmediato de amigos y familiares. Historias de vida en las que el alcohol, los abusos sexuales en la infancia, los golpes dentro de la familia, el “paco” que mata, no son tópicos de reflexión sino que parten de ese lugar de marginalidad, ese gueto, en el que el infierno puede ser cosa cotidiana.
Amor, drogas, familia, fé, amigos, cárcel, muerte, sueños, esperanza. Menea para mi es el fiel reflejo de una clase social, mostrando realidades a veces lejanas, pero perfectamente identificables. Así, el texto de Mariana Cumbi Bustinza, quien vivió en esas calles del barrio, y dirige la obra, se sumerge en un submundo con características muy propias, que si bien podemos llegar a reconocer, no por ello estigmatiza o cae en el cliché. Y ahí es donde cobra fuerza lo narrado.
La interacción y cruce de lenguajes entre los textos, las canciones y la danza, devenidos de la investigación presentan personajes con un “estilo de vida” (quizás no elegido por ellos); una identidad definida por lo social y su alcance económico, donde la integridad personal se acopla al prójimo más cercano para poder sobrevivir. Una pelea constante del propio ser con el entorno y con uno mismo; el querer pertenecer, la adopción del modo ajeno como propio para no sentirse solo, y olvidado. Y de esta manera la identidad oscila entre individual y grupal.
La puesta en escena de esta obra con música de cumbia (porque como dice uno de los personajes “la cumbia es la música de los pobres”), convierte experiencias personales de su dramaturga en un mensaje esperanzador, una mirada de comprensión sobre el destino y la vida de tantos miles de jóvenes a los que se definen como extraños y culpables de pecado original.
En este caso, el elenco de Menea para mí y su equipo creativo vuelcan su experiencia en distintas disciplinas de las artes escénicas, y se revelan con una aguda observación de personajes, tipos y perfiles. El espectador se desliza en una narración en la que las peleas son bailes y los bailes son peleas, con un espacio escénico y actuaciones que recrean el estilo y la manera de llevar la ropa de los barrios humildes y los giros verbales, sin caer en un innecesario realismo fotográfico, quedando claros los códigos de vida: lo que se puede y lo que se debe hacer, las pertenencias, las marcas de la adversidad y la omnipresencia de la música tropical como encuentro de la sensualidad y la apuesta por la vida.
La pobreza y los problemas hicieron crecer a Maxi de la única manera en que se puede. Donde los niños a los tiros se hacen hombres, donde nadie les regala nada y el camino de la carencia es inevitable al igual que el amor. Donde el amor siempre puede más.
“Maxi yo me llamo, a mi amor se lo dedico, Paola es su bello nombre vuelve a mí te lo suplico.”


Somos una Compañía de teatro, música y danza. Volcamos nuestra experiencia en esas disciplinas de las artes escénicas y en la investigación de personajes y realidades marginales para pensar temáticas como la inseguridad, que conllevan a agudizar la reflexión sobre la criminalización de la pobreza. Con puestas en escena que recrean el estilo de los sectores sociales humildes, logrando, propuestas artísticas con contenido social.
Queremos difundir nuestro trabajo, y así, una mirada sobre la realidad que nos toca vivir, a través de la actuación, la música y el canto. Nos interesa llegar a todo tipo de públicos y espacios, sobre todo aquellos que no están a nuestro alcance y del circuito del teatro independiente en Buenos Aires. No hay Compañías que se ocupen específicamente de la marginalidad y escenificar las vidas de quienes la padecen.
Deseamos minimizar la distancia, observación y prejuicio entre compatriotas haciendo lo que sabemos: teatro.
proyecto
Hace mucho tiempo Mariana "Cumbi" Bustinza se enamoró de un pibe de Fuerte Apache (un barrio bajo de Buenos Aires), pero lamentablemente el sentimiento no era mutuo. Un día conoció a su hermano y comenzó a salir con él. Al principio sólo por la ilusión de estar cerca de su primer amor, pero después la relación se fue poniendo seria y fueron novios un largo tiempo.
Durante ese tiempo, Mariana se hizo hincha de Huracán y amiga de la barra brava, iba al comedor comunitario, todos los sábados religiosamente se divertía en "Meteoro Bailable", lloraba por Daniel Agostini... La cumbia era una realidad imposible de eludir: la amó y se volvió parte esencial de su personalidad.
Sabe cuál es el ruido de una bala y lo que es ver gente caer por un tiro; sabe el gusto de la comida vencida y vivir sin gas en invierno; la procesión por el barrio cuando alguien muere; el miedo a morir; luquear plata para entrar al baile; cagarse a trompadas; sabe lo que es una invasión de bichos colorados y dormir sobre ellos; lo que es vivir con piojos continuamente; el olor a humo en la ropa; ir en cana; pelear con la policía; sabe lo que es sentir no tener nada, ver que alguien tiene menos y poder darle algo; sabe lo que es AMAR.
Con el tiempo cambió la bailanta por el teatro. Hoy elige poner todas esas experiencias en esta obra mediante la actuación, la danza y la música que en algún punto fueron parte de toda su historia, y lo que la convirtieron en "Cumbi".
cómo se gestó la obra

